En la zona montañosa y selvática ubicada en el límite entre
Argentina y Bolivia , fue escenario de un extraordinario fenómeno muy poco divulgado
debido al sigilo con que se manejó la información por parte de las autoridades
militares de ambos países. Se ocultó desde el primer momento la verdadera
naturaleza del fenómeno y los militares se preocuparon por mantener el
silencio, además de vetar cualquier tipo de información sobre lo ocurrido.