Patricia Sosa dio su testimonio sobrenatural sobre una
experiencia en el Cerro Uritorco.
"El planeta vendría a ser un plano físico. Yo creo que
hay muchos seres en otros planos, los vi. Fui con Contactados Solidarios, que
se dedican a llevar poca cantidad de gente a centros de energía y hacer que
esas luces aparezcan, que no son platos voladores -aclaró-, son luces muy
grandes, que las ves y te saludan, te demuestran manifestaciones, se ponen más
chicas, más grandes… Y además es como que ellos te registran para
siempre".
"Escalamos durante hora y media una montaña a eso de
las 12 de la noche hasta que llegamos como a un balcón natural: en un momento
una señora me dijo: 'Están llegando dos naves de luz por la izquierda'.
Imaginate las caras nuestras, porque vimos en el horizonte dos puntitos que al
segundo estaban arriba de la copa de los árboles, como en forma de
hornalla", contó.
"Primero te da vértigo, eso no se mueve y está al lado
tuyo. Son seres de luz que cuando quieren se corporizan. Yo no los veo, pero
soy contactada. Subimos a esa montaña y atrás estaba el Uritorco. En un momento
la señora que decía unos mantras me preguntó si quería cantar", relató.
"Yo había compuesto una canción que se llama Luces. Esas luces que nos
acompañaban se apagaron. Termina la canción diciendo 'esa luz es un regalo de
Dios' y atrás del Uritorco se puso como de neón y salieron como veinte naves y
se pusieron en el precipicio como si quince autos prendieran los focos. Me puse
a llorar. Por suerte estaba con mis amigas que pueden corroborar esto, fue un festival
de bienvenida absoluta".
"En el escenario me pasó de estar cantando y tener una
luz en el cielo y de repente un asistente me hizo una seña como para que mire
para arriba. Entonces saludo y hay como una manifestación que se hace más
grande. O me pasó de estar cantando y sentir que no tenía tapa en la cabeza y
cuando abro los ojos le veo el aura a algunas personas, y que me salía una
luz".
"Tuve una revelación. No me salía la luz -y se toca la
cabeza-, entraba y me hicieron dar cuenta de que yo era un canal; entraba la
luz, tocaba las cuerdas vocales y se me empezaron a caer las lágrimas. Empecé a
darme cuenta de que había personas con más luz que otras en el escenario",
cerró ante un silencio absoluto de los otros invitados.
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